miércoles, 30 de mayo de 2012

Epilogo... El Viaje Culmina


 Bien Chicas, aqui esta el Epilogo de "El Viaje a mi Felicidad"
Ha sido una larga luca para poder publicar los apitulos, sin embargo mis esfuerzos fueron Recompensados.
Esta novela fe testigo de grandes etapas de mi vida, y ahora que estoy a punto de comensar otra como estudiante Universitaria, la secuela de esta novela sera la nueva testigo.

Muchisimas gracias a todos aquellos que se tomaron  el tiempo de leer mi novela, gracias a el apoyo de Luz, una de las primeras seguidoras que tuve, A cyber amiga y bloggera Agueda, y a Ines, que me han dado todo el apoyo que le era posible estos meses. Sin mas ni mas, las dejo con el epilogo.


POV Charlotte:
Habían pasado 5 años desde que me había vuelto hibrida, desde esa desastrosa batalla con Alejandro.  Aun me era difícil acostumbrarme a eso de comer 3 veces al día, y a dormir 8 horas, sobre todo lo de ir al baño, eso era un asunto algo incomodo ya que me sentía como una niña de 2 años que apenas aprendía a ir al baño por sí sola. Lo más impactante de todo este tiempo que ha pasado fue la conversión de Angelo, así es. Se había vuelto un vampiro con un autocontrol aun mejor que el de mi padre.

Muchas cosas pasaron luego de que desperté de mi pequeño coma, por ejemplo, Jhan y Marry Ann se enteraron de que Vicko y Alisha eran novios, Vanessa salía con un chico llamado Michel, algo raro la verdad, pero se ven total y perdidamente enamorados el uno del otro.

Después de un tiempo Angelo y yo habíamos decidido volver a nuestra ciudad, Paris. Desde hacía unos meses Angelo estaba algo raro, casi nunca estaba en la casa y se la pasaba distraído montado en alguna rama de algún árbol del bosque que rodeaba la casa, estaba distanciado de mi y eso me ponía cada vez peor. Su comportamiento me sacaba de quicio, pero ese día fue el colmo.

Cuando desperté ese día en el hotel él no estaba, ¡ni si quiera había dejado una nota!
Las lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, ¿acaso Angelo había dejado de amarme? Últimamente había estado muy sensible por cierto problemita, pero eso no le restaba importancia al hecho de que él se fuera así sin más. Lentamente me levante, limpie mis lágrimas y me duche para salir. Cuando Salí del baño mi teléf sonó así que conteste de mala gana, aun estaba enojada con Angelo.

-Diga?- respondi mientras terminaba de arreglar mi cabello

-En el parque Bagatelle en 20 min- dijo la voz de Angelo.

-De acuerdo- gruñí. Como se atrevía a llamarme después de irse asi? La tristeza que había tenido hace medos de 10 min se transformo inmediatamente en rabia. Tome grandes bocanadas de aire para tratar de calmarme mientras terminaba de vestirme para salir.

Salí del hotel y tome un taxi aun hecha una furia, veía como las calles pasaban, como los humanos vivían una vida tranquila completamente ajena a nosotros y sonreí al recordar que en un tiempo yo también era totalmente ajena a lo que ahora es mi mundo. El conductor me saco de mis pensamientos cuando anuncio que ya estábamos en la entrada del parque y la rabia volvió de nuevo pero para convertirse en tristesa, ahora solo quería llorar de la impotencia. ¿Era posible que nuestro amor hubiera acabado de verdad? De solo pensar eso las lagrimas caían aun mas rápido por mis mejillas. De pronto, una suaves manos recorrieron suavemente mi rostro mientras limpiaban mis lágrimas, unas manos que reconocería en cualquier parte.

-Angelo- murmure

-¿Por qué lloras?- pregunto dulcemente mientras levantaba mi rostro por el mentón para verme a los  ojos.

-Por nada, es que tengo una basurita en el ojo- respondí desviando la mirada

-Ajam, digamos que te creo- dijo el abrazándome como si nada hubiera pasado durante todos estos meses. Era como si nunca se hubiera distanciado de mí, como si solo hubiera salido a cazar y hubiera vuelto a casa.

-Angelo…- comencé, pero él me interrumpió antes de que pudiera continuar.

-Tengo algo muy importante que decirte- susurro Angelo en mi oído y luego entrelazo nuestros dedos. Lo mire extrañada pero el solo sonrió y comenzó a correr a través del dosel de ramas.

Corrimos por muy poco tiempo cuando el paro en seco y se coloco detrás de mí para vendarme los ojos. Podía sentir sus dedos recorrer suavemente mi cabello y después mi cuello, lentamente se acerco a mi oído y susurro quedamente un “te quiero” que hiso estragos en todo mi cuerpo y luego beso tiernamente mi cuello. Volvió a tomarme de la mano y empezó a caminar lentamente, al poco tiempo volvió a detenerse y soltó mi mano, escuche unos cuantos crujidos de las hojas y nada más.

Aun tenía los ojos vendados cuando sentí que me daban un gran beso en los labios, me aleje por el susto y luego reaccione al escuchar la risilla de Angelo, el me había besado. Me quite la venda de los ojos y me paralice al ver lo que Angelo tenía en su mano.

Una pequeña cajita de color crema con adornos dorados a los bordes.

-Que… que es…- tartamudee

-Charlotte, sé que he sido un asco los últimos meses, me la he pasado de un lado a otro y nunca paro en casa, y sé que hace rato llorabas por mí. No voy a ponerme a dar excusas, solo te dire que estaba buscando la forma adecuada de decirte esto: “En vano he luchado. No quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden contenerse. Permítame usted que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo…. No podría decirte qué momento, qué lugar, qué mirada o qué palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta ya estaba metido hasta el cuello”- Casi moría de la ria mientras escuchaba como Angelo recitaba las palabras que Darcy le había dicho a Elizabeth Bennett al declararle su amor, eran mis personajes favoritos y no aguante las ganas de contestar con otra cita de “Orgullo y Prejuicio”

-"Yo no quería que usted pensara bien de mi, pero Ud. lo hizo sin yo quererlo"- respondí mirándole a los ojos

-“En vano he luchado. No quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden contenerse. Permítame usted que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo."- volvió a citar Angelo y acto seguido me beso. Cuando se alejo de mi, tomo mi mano y se arrodillo abriendo la pequeña caja color crema, dejando ver el hermoso anillo de oro blanco con un diamante en el medio- Charlotte Hope Crestmoon, ¿quisieras ser mi esposa?

Mi corazón dio un brinco y comenzó a latir más rápido, las lagrimas bajaban por mi cara, pero estas no eran lagrimas de tristeza, sino de alegría, una alegría que nadie jamás seria capas de sentir, una alegría que solo Angelo era capaz de darme.

Me arrodille al igual que el con una gran sonrisa en los labios y le abrase lo mas fuerte que pude, luego me separe de el y susurre en su oído “Acepto”

Angelo me levanto en brazos y comenzó a dar vueltas mientras ambos reíamos a carcajadas, era el momento más hermoso de mi vida y lo iba a disfrutar al máximo, además, aun faltaba una noticia que dar. Cuando Angelo me deposito en el suelo, le tome de las manos y mire fijamente su rostro.

-Angelo- dice seriamente- tu y yo… seremos padre- dije lo ultimo casi en un susurro ya que sabía que él me iba a escuchar por más bajo que hablara

-¿Es enserio?- respondió el con ojos brillantes por la emoción. Me limite a asentir y volvió a abrazarme con mucha fuerza- Me has hecho el hombre más feliz del mundo Char, el mas feliz.

La verdad, el no era el único feliz, tuve que viajar hasta el fin del mundo para encontrarlo pero alfin lo había hecho, sentía que ya podía guardar mi catalejo, mi brújula y mi mapa, finalmente había llegado a puerto seguro…


 …Fin 


 

jueves, 3 de mayo de 2012

Capitulo 32... Despues de la tormenta viene la calama


 Hola  Bloggers¡¡ eh aqui el ultimo capitulo de "El Viaje a mi Felicidad" espero que muchas personas lean este y los demas capitulos¡¡ 
Despues de Este capitulo lo ultimo es el Epilogo por lo que despues de la publicacion del Epilogo el blog entrara en remodelacion por unos cuantos dias.
Hasta luego bloggers¡¡¡ 
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POV Angelo:
Repetía su nombre una y otra vez.

No podía estar muerta. Era imposible.

Cualquiera menos…

…Ella.

Ella no podía estar muerta. Era algo impensable. Algo que mi corazón no podía soportar.

Me sentía en la nada, totalmente perdido y sin sentido en mi vida. ¿Para qué seguir viviendo sin ella? Ella era el centro de mi vida, de mi universo, era mi todo.

Marry Ann no paraba de decirme que ella no estaba muerta. Pero nada lograba sacarme de la depresión en la que había entrado. Solo Ella lo haría posible.

Las horas pasaban pero no me daba cuenta. Mi depresivo estado comenzó a afectar a todos en la familia. Alisha se sentaba frente al piano que compartían ella y Charlotte y se limitaba a ver sus teclas por horas; Esmeralda miraba horas y horas por la ventana. Carlos y Anabelle, Se sentaban juntos a observar como Vanessa trazaba líneas sin sentido en su block de dibujo. Vicko se pasaba todo el día en aullando y lamentándose en su forma de lobo.

Y yo, bueno. Bastaba decir que la piel de mi mano estaba casi totalmente unida a la de Charlotte, mientras que Los Crestmoon parecían más muertos que nunca, parecían… Vampiros.

-Ya te lo dije-Murmuro Marry Ann un día después de revisar los signos vitales de Charlotte- Ella esta bien, solo… no lo sé. Quizá el veneno afecto su cerebro, o el daño es más grave de lo que parece. Pero por los momentos tenemos que ser Optimistas Angelo, por ella.

Marry Ann poso suavemente su mano sobre mi hombro en señal de apoyo y un leve sollozo se escapo de sus labios. Luego roso suavemente una de las mejillas de Charlotte y se fue de la habitación. Esta escena era ya algo cotidiano. Marry Ann venia a diario a revisar los signos vitales de Char y siempre trataba de subirme el ánimo, pero nada de lo que decía podía hacerlo.


Cada día aumentaba mas mi depresión, apenas comía y ya no dormía, parecía un muerto viviente. Tenía unas marcadas ojeras, el cabello enmarañado y mi ropa era un desastre. Estaba totalmente desesperado, incluso la idea de suicidarme estaba pareciéndome algo muy razonable a estas alturas de la vida. Pero cuando más la necesitaba ella dio su señal de humo.

No se cuanto tiempo había pasado desde que habíamos vuelto a Toronto y desde que ella había entrado en un estado vegetal, pero todo se borro en ese mismo instante. Había apretado mi mano y susurrado de forma casi inaudible mi nombre. En ese instante toda su familia entro corriendo a la habitación, sabía que ellos lo habían escuchado más claramente que yo, pero la decepción volvió a su rostro cuando se dieron cuenta que casi nada había cambiado. A excepción de un lentísimo pulso que apenas podía sentir y ellos oír.

-Es… es posible… que… qu..e- tartamudee. Carlos se acerco hasta la camilla de Charlotte y tomo su muñeca para asegurarse que estaba escuchando claramente

-Al parecer, lo es- respondió seriamente mirando de forma taladrante a Marry Ann. Esta comenzó a moverse por toda la casa a una velocidad deslumbrante y luego pasó en seco de nuevo justo al lado de Carlos.

-Fue el Veneno- murmuro- Al no ser inyectado directamente en su corazón el daño no fue mucho. Aparte era una cantidad muy mínima así que solo “sano”, por así decirlo, algunas células muertas de Char volviéndola hibrida

Carlos y yo mirábamos a Marry Ann con cara de atolondrados, pero Carlos reacciono mas rápido que yo tomando nuevamente el pulso de Char que ya era mas rítmico aunque seguía siendo lento.

-Debemos suponer que su recuperación esta en buen camino, ¿verdad?- pregunto esperanzado Carlos. Marry Ann suspiro y asintió levemente con la cabeza. Luego salieron ambos de la habitación hablando entre si tan rápido que solo escuchaba zumbidos.

Desde ese momento todo cambio, aunque no en Char. La esperanza había entrado a la casa, ya todos esperaban que de un momento a otro Charlotte apareciera caminando por ahí y tocando su piano como siempre. Yo volví a comer y a dormir pero todo en la habitación con Charlotte, no quería separarme ni medio centímetro de ella.

Habia pasado casi dos meses desde que el corazón de Charlotte había empezado a latir y casi nigun cambio se había presentado. Esa tarde estaba leyendo el libro favorito de Charlotte “Orgullo y Prejuicio” cuando de repente un pequeño movimiento hiso que dejara de leer.

Ella, lentamente abrió los ojos y parpadeo un poco para adaptarse a la luz, y luego sus hermosos ojos marrones, ahora sin ese halo plateado en su ojo, se posaron en mí. Tome su mano y la apreté ligeramente con una pequeña sonrisa, sus ojos estaban vacios, como si no supiera ni si quiera quien era ella, algo pareció romperse dentro de mí. Suavemente acaricie su mejilla esperando que algo sucediera, y apenas toque su rostro sus pupilas se dilataron y algo cambio en ellos, un brillo hermoso apareció en ellos y me indico que todo había vuelto a la normalidad.

-Angelo- susurro. Se asombro al oír un ligero cambio en el sonido de su voz pero luego se rio de su propia actuación.

-Aquí estoy- respondí. Todo había terminado por fin. Me incline sobre Charlotte y le bese como si fuera la primera vez.